La vi bajar del cielo
envuelta en sortilegios
siete cuartetas la poesía
de su insondable nombre
siete cielos de paz y solemnidad
su piel noche inagotable de belleza
sobrenatural
estrellas con destellos de soledad
tejían su corona de princesa y majestad
rostro dibujado con pinceladas de Dios y Picasso
perfume con olor a sabiduría
flotaba a su alrededor
voz a los cuentos de Homero
entremecian la sublimidad de mis pensamientos de amor
era ella la amada de mis escritos
y poemas
su espíritu me señalaba el destino
la fuerza de gravedad jugaba con sus movimientos, mis plegarias y pensamientos
la lira y los angeles del firmamento
dejaban el sonido de su música
en mi conciencia
su mirada y sus manos apuntaban
a mi tercer ojo
el paraíso se dibujo en la nube mas cercana a ella y al anciano sol
las puertas del séptimo cielo
se abrieron para que dejara de ser
mi cuerpo se durmió como el que nunca
regresaría
y mi espíritu sin poner resistencia
se entregó de nuevo al amor
de los siete mares
las siete verdades
las siete dimensiones
y a la perfeccion de las perfecciones.
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