Me sentare frente a tu rostro
y tocare el piano abandonado
de la ultima guerra mundial
sin teclado y sin un solo acorde
que pueda escuchar el sordo mundo
que vive debajo de un cielo de bombas destructivas,
tratare de escuchar las suplicas
con estos oidos obstruidos por el ruido del silencio
de la corrupcion,
no esbozare palabras que hablen del bien y del mal
para no confundir al mendigo
que implora un pedazo de sueño con sabor a pan,
ni al nihilista que culpa a Dios
por las desgracias que generan las retorcidas mentes
que manipulan los hilos de la fortuna,
tal vez interprete una fuga
como aquellos que se sienten prisioneros
en carceles que ellos mismos eligieron
o una sinfonia que derrame cuchillos de optimismo
de un cambio oculto que el mentiroso tiempo
no marque su minuto y segundo
y el olvido lo guarde en el libro de citas canceladas,
me carcajeo de los incautos
que regalan un diezmo a una religion
de trajes y zapatos caros
y de los que donan su dinero a campanas politicas
para que el nuevo fantasma de la verdad
les mienta con la idea de un mundo mejor,
despertar no es abrir los ojos cada amanecer
y repetir el ciclo al que estan acostumbrados,
cerrar los ojos e imaginarte un planeta
sin santos, sin politicos, sin templos oscuros
con escaños para arrodillarte
no repetir lineas y discursos preparados
donde los anteriores te dan el poder
es no estar dormido.
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