que rosaba la pared
que daba a la calle de mis recuerdos,
amarillas las hojas donde descansaba
mi espiritu cansado de volar
en busca de lo desconocido,
evocando nombres y fantasias
mi mente desordenaba los petalos
de la rosa marchita,
tratando de encontrar el perfume
que fue la llave de la introspeccion,
no se si empece siendo el dibujo abstracto
de una formacion rocosa
o la espina que hizo sangrar al primer pensamiento,
no se como llegue a ser
sin saber no-ser
aprendi solo como navegar en el viento
y correr sobre lagos azules de fuego,
a escuchar susurros de planetas lejanos
y el palpitar de una estrella moribunda,
la vida se me presento de mano
mientras la muerte en un ramo de amapolas,
me sente en la mesa redonda de las preguntas
y la duda me llevo a curiosear
a tal punto que pregunte
quien es quien
ambas se miraron y se rieron,
una de ellas dijo
dejate llevar
y la otra dijo
solo dejate llevar,
confundido pregunte
a donde
y respondieron
a los dos paraisos
me levante y camine hacia un horizonte
y en voz alta dije
a una la estoy conociendo
a la otra la conocere
y las dos respondieron
la materia solo conocera a una
el espiritu nos conocera a ambas,
me vesti de peregrino
y se abrieron caminos como rios de lavas
desde arriba me observaban el sol y la Luna
la aurora y la noche en un mismo plano
cambie mis vestiduras
hacia la invisibilidad
para probar la libertad
y al hacerlo ya me habia encadenado
aprendi que al crear una cosa
automaticamente se creaba su contrario,
en ese momento entendi porque
el piano tiene que ser tocado
por un pianista
y el sonido escuchado por ambos oidos,
me sente debajo de mi propia sombra
la abrace y me quede dormido
en mi propio umbral y expiracion.
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