Allí estaba yo
esperándola
a segundos de tocar las puertas del cielo
cuando hizo su aparición la hermosa dama de rojo
mientras se acercaba
susurrando cuántas lunas la habían imitado
sus profundos ojos oscuros
atravesaron mis pensamientos más ocultos
formando sinfonías en do mayor
ya sentada frente a mi
dejó caer su hermosa piel morena
en los límites de lo sagrado y lo profano
su perfume perpetuo
entro en mi hogar interno
despertando mis sentidos
un piano de cola se escuchaba a lo lejos
mientras las olas chocaban contra su muelle
solo una oración se escuchaba
multiplicando un solo pecado capital
la energía cinética cambiaba a potencial
Ya repleto de venerar su belleza
la dama de rojo dejo de nuevo su huella
dentro de mi.
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