La espero detrás de aquella puerta
un número escogido al azar
veo su hermoso rostro
y me pregunto por qué,
cuando observo que el río todavía arrastra piedras
a pesar del tiempo,
no escondo las debilidades del ser
pero lo prohibido siempre es lo más buscado
no necesariamente es pecado
ni se tiene que confesar ante una corte de plebeyos que desean lo mismo,
la cita como algunos le llaman
no es más que la descarga de lo acumulado
las sábanas no cubren la desnudez porque la idea es oxigenar la parte que el sol no logra quemar con su calor,
el reloj y la ansiedad se fusionan
para una nueva apertura
desaparece lo oculto
y empieza el juego que todos alguna vez hemos jugado
terminas relajado con unos años aparentemente menos
y con la satisfacción que siempre estará esperando por ti
para cerrar el libro y esperar
la hora de abrir la nueva página
y darle rienda suelta a lo profano y a la vez tan delicioso.
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