tan suave y timido es el ropaje
cuando se abren las puertas del delirio
cuando se llega al climax
solo existe el eterno sol y el espacio puro
adios a las cruces y a los viejos recuerdos
porque la luz es nuestra esencia
el cuerpo se pierde como el agua de la cascada
y quedan las vestiduras para vestir la tierra prometida
el alma del uno se abrazan a si misma
y vuelan las alas de la eternidad, al paraiso
no terrenal para terminar encontrandose
con la eterea realidad
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